Según EverFi, una plataforma enfocada en iniciativas de educación financiera, cada vez más entidades bancarias destinan una parte de su presupuesto de mercadeo en programas de educación financiera para sus clientes, como parte de sus estrategias de fidelización.
De acuerdo con el estudio ‘The State of Financial Services Marketing:The Role of Financial Education’, publicado por EverFi en 2018, el 95% de los bancos y el 80% de las cooperativas de crédito han incorporado programas de educación financiera en sus estrategias de marketing.
"Una cosa es venderle a alguien y otra es educar a alguien", dice Kenneth F. Burns, Vicepresidente ejecutivo y director de banca minorista y marketing en Farmington Bank. "Cuando una persona encuentra un banco al que puede escuchar, que le habla, le educa y le ayuda a tomar decisiones, adquiere confianza en ese banco".
Al mismo tiempo, Burns explica: "Si no estamos educando a la gente, no vamos a conseguir nuevos clientes".
“Las personas que entienden lo básico de las finanzas personales están más comprometidas y son más rentables para los bancos y cooperativas de crédito que les brindan educación financiera”, señala el reporte “Financial Literacy: Prosperity Begins with Knowledge” de Raddon Research Insights. De hecho, el 55% de las personas que participaron en la encuesta aseguraron que, a la hora de buscar consejos sobre finanzas personales prefieren acudir a su banco; y el 18% estaría dispuesto a adquirir nuevos productos y recomendar su institución bancaria a sus amigos y familiares.
Además, según el reporte de Raddon, los consumidores que reciben formación en finanzas personales están más abiertos a recibir asesoramiento, se sienten más cómodos utilizando soluciones de banca móvil y digital, y usan con más frecuencia los productos de ahorro e inversión.
Los beneficios de los programas de educación financiera no terminan ahí. Keith Hall, Jefe del área de Banca y Pagos de Reserve Bank of Australia, afirma que los usuarios que participan en estas iniciativas reconocen la importancia de una buena planeación financiera y tienen una mayor probabilidad de adquirir productos financieros que les ayuden a cumplir sus objetivos. “Planean la compra de una casa, generalmente mediante la combinación de ahorros y una deuda hipotecaria razonable; el ahorro de dinero para la educación de sus hijos e incluso el ahorro voluntario para su jubilación”, señala.
Para Hall, la educación financiera también permite disminuir los riesgos del otorgamiento de créditos. “La existencia de un sistema financiero estable tiene mucho que ver con la gestión prudente del riesgo por parte de las instituciones financieras, en particular el riesgo crediticio derivado del incumplimiento de los clientes. En una sociedad educada financieramente, es menos probable que los prestatarios se endeuden más, porque el crédito es barato y está disponible gratuitamente. Como resultado, tendrán una oportunidad mucho mayor de superar una recesión económica sin incumplir con el pago de sus deudas y, al hacerlo, ayudará a reforzar la estabilidad del sistema financiero”.
A medida que la tecnología se vuelve más robusta y los hábitos de compra de los clientes cambian, los bancos y las cooperativas de crédito deben buscar constantemente nuevas maneras de innovar y satisfacer las demandas de sus usuarios. Una de estas estrategias es la implementación de programas de educación financiera.
De las instituciones que más éxito ha tenido en este campo es Bank of America, el cual desarrolló, en alianza con el sitio educativo Khan Academy, un programa llamado Better Money Habits en el que ofrece tutoriales en video sobre temas tan diversos como el uso de la banca digital, la importancia del ahorro y el buen manejo de los productos crediticios.
Para brindar una experiencia personalizada, Bank of America ofrece contenido a la medida según las necesidades de cada cliente y la etapa de la vida en la que se encuentre. Una vez se identifica el perfil del usuario, este accede a una selección personalizada de recursos, herramientas y soluciones para ayudarle a equilibrar sus prioridades y tomar las decisiones más acertadas según sus objetivos.
Llegar a los consumidores en el momento adecuado con información útil sobre finanzas personales fortalece el vínculo entre los clientes y los bancos, ayuda a generar confianza y resuelve los problemas causados por el analfabetismo financiero, beneficiando tanto a los clientes como a las entidades del sector bancario.