Perú es un país gastronómico y todo el mundo lo sabe. Tres de sus restaurantes están en el ranking mundial The World’s 50 Best Restaurants 2015; además a escala nacional existen más de 220.000 restaurantes, picanterías y locales de comida y el 60% está en su capital, Lima, según datos del Ministerio de Producción de Perú.
Esta cifra es una oportunidad para la banca móvil que podría incursionar en este sector ya que existen las oportunidades. El marco regulatorio para servicios financieros a través de dispositivos móviles en Perú está surgiendo. En enero del 2013 se aprobó la Ley N°29985 que regula la emisión de dinero electrónico, determina las empresas autorizadas a emitirlo y establece el marco regulatorio y de supervisión.
Además limita la provisión del servicio a empresas que estén bajo el ámbito de supervisión del sistema financiero. Esta normativa busca cambiar el escenario actual, donde a pesar del fuerte crecimiento de las colocaciones y depósitos del sistema bancario, los niveles de bancarización no son suficientes. El 70% de la población está fuera del sistema. Su forma de pago es el dinero físico y eso se evidencia en las picanterías; vienen y van soles, a veces en mal estado, generando dolores de cabeza a los comensales y vendedores.
A pesar de las intensivas estrategias de crecimiento de los bancos con la apertura de oficinas, cajeros automáticos y corresponsales, estos todavía en su gran mayoría se ubican en las zonas urbanas del país, con gran concentración en Lima y casi sin presencia en zonas rurales y más alejadas.
Por estas razones el sector gastronómico tiene una gran oportunidad de trabajar con la banca móvil para mejorar la experiencia del cliente. Para su impulso se requiere un desarrollo extendido del canal de uso básico de esta modalidad, que serían los dispositivos móviles, ya que el pago se realiza a través de ellos.
El crecimiento en el uso de líneas móviles es evidente. En 1994 solo 52.000 personas accedían a una de éstas; en la actualidad se calcula que existe más de 30 millones de líneas móviles activas de las cuales el 70% es de celulares prepago.
Este nivel de penetración puede ser un punto de partida para las estrategias de bancarización a través del uso del dinero electrónico con teléfonos celulares.
Hasta ahora la banca móvil en el Perú, hasta ahora, ha comprendido la banca móvil a través de mensajes SMS y algunos aplicativos desarrollados por los bancos para el uso mediante smartphones. Adicionalmente hay algunos proyectos como Wanda (Joint venture de Movistar con MasterCard), pero aún son pequeños.
El uso que se le ha dado a la banca móvil en Perú ha sido principalmente como un canal de atención/información al usuario ya bancarizado, que como principales operaciones permite: consultar saldos, consultar movimientos de cuentas y tarjetas de crédito o débito, recargar celulares, recibir alertas a través de SMS de abonos de sueldos o consumos.
Sin embargo, no ha llegado a personas no bancarizadas y no se ha socializado entre las picanterías y restaurantes que es un segmento olvidado que necesita impulsar esto ya que mueve cerca de 50.000 millones de soles al año (cerca de USD 15 millones), explica el consultor financiero Ramiro Tavares.
Se puede concluir a partir de estas cifras que se cuenta con una oportunidad clave para el desarrollo de la banca móvil y así impulsar al sector gastronómico, aprovechando la extensa presencia de dispositivos, mayor que el actual acceso al sistema financiero. La experiencia tanto para emprendedor como comensal será gratificante cuando esto sea una realidad.
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