En 2018 México se convirtió en el primer país de la región en aprobar una ley para regular los servicios que prestan las entidades financieras a través de medios tecnológicos.
Esta legislación, conocida como la Ley de Tecnología Financiera o Ley Fintech, fue promulgada en marzo y entró en vigor hace tres meses. La ley contempla la regulación de pagos electrónicos, financiamiento colectivo, administración de activos virtuales y oferta de asesoría financiera a través de canales digitales. Adicionalmente, incluye un capítulo sobre sanciones y delitos como la suplantación de identidad, que son considerados faltas a nivel federal.
“La Ley Fintech contempla la regulación de cuatro figuras dentro del sector: el financiamiento colectivo o crowdfunding, los activos virtuales o criptomonedas, las API o intercambio de información entre instituciones y la regulación sandbox o de prueba”, señala el periodista Rodrígo Riquelme, de El Economista. Así, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que antes supervisaba a más de 5,000 entidades financieras, regulará a alrededor de 240 fintechs existentes y las que se vayan a crear en el futuro.
Es importante tener en cuenta que, en materia de financiamiento colectivo, la Ley Fintech no tiene en cuenta los modelos de crowdfunding de donación y recompensas, ya que estos no son servicios financieros.
La Ley Fintech pone a México a la vanguardia en materia de innovación financiera. Aunque la Unión Europea y el Reino Unido han promulgado leyes para el uso de las plataformas bancarias abiertas, México es el primer país de la región en regular las fintech para resolver el reto de la inclusión financiera en México.
Según Eduardo Guraieb, Director General de Fintech México, la ley permitirá construir un sistema financiero más competitivo e incluyente. “Al ofrecer certidumbre, la nueva ley potenciará la atracción de inversiones en empresas de tecnología financiera, convirtiendo a México en el epicentro de innovación financiera en América Latina”, afirma.
Según Esteban Martínez, director regional de blockchain y banca disruptiva de la consultora Everis, esta ley también representa mejoras importantes en materia de seguridad financiera. “Uno de los usos claros es la identidad digital. Cuando se quiere originar un producto, como un crédito, y a pesar de que se puede de manera remota, siempre se regresa a la sucursal a firmar el contrato. Al tener la identidad digital montada sobre blockchain, con un elemento de seguridad biométrico, en ese momento se puede firmar un contrato digital con una huella o una selfie y evitar el paso por la sucursal”, manifiesta.
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