Para muchas empresas la transformación digital es una prioridad comercial clave, que requiere una resolución inmediata. El 85% de los responsables de la toma de decisiones empresariales afirman que tienen un período de dos años para incursionar significativamente en la transformación digital o se quedarán atrás de sus competidores y sufrirán financieramente. También, indican que $1.18 billones se prevén gastar globalmente en tecnología y servicios de transformación digital en 2019.
La transformación es única para cada negocio y, a menudo, está llena de desafíos. Es costosa, requiere mucho tiempo y los cambios pueden necesitar operar junto con los sistemas heredados existentes. (Por eso Capgemini descubrió que el 50% de los bancos y el 56% de las aseguradoras apenas habían comenzado la transición digital y, por lo tanto, se los clasifica como principiantes).
Medir el retorno de las inversiones en transformación digital es complicado. El cambio digital trasciende los límites funcionales y comerciales, desde la forma en que una empresa llega al mercado, la forma en que opera, hasta cómo interactúa con los clientes o incluso con sus propios empleados. Si bien algunas iniciativas individuales pueden tener una rentabilidad definitiva, otras solo pueden costar dinero a corto plazo.
Sin embargo, cuantificar y calificar el impacto de esta categoría creciente de gasto estratégico es esencial para gestionar y medir el rendimiento de la innovación digital. "La implementación de la tecnología no es suficiente: la tecnología debe estar específicamente vinculada al monitoreo de los indicadores clave de desempeño sobre la percepción del cliente y la efectividad del proceso comercial", dice Brian Caplan, director de la consultora de gestión Pace Harmon.
3 tácticas para medir una transformación digital exitosa
El impulso hacia la transformación digital necesita equilibrar dos cosas: la necesidad práctica y el enfoque. El primero está impulsado por la presión sobre las ganancias y la necesidad de moverse a la velocidad del consumidor. El segundo, es impulsado por la misión, el propósito o la visión de su empresa. Al alinear la marca con su tecnología, su plataforma tiene un propósito, un rol más allá de lo práctico y un claro punto de enfoque que impulsa los esfuerzos de transformación.