Las transacciones con Bitcoin son cada vez más frecuentes en el mercado global. El bitcoin es una divisa electrónica descentralizada, es decir, no existe un emisor central que regule su producción. En la actualidad se realizan a diario transacciones cercanas a los US$250 millones, es decir unos US$180.000 por minuto. Estas cifras representan un incremento del 55% respecto al 2016 y un 173% al 2015. Paralelo a este crecimiento, se encuentra el costo por transacción. Desde marzo del 2015 las tarifas por transacción han llegado a subir a más de un 1300%.
Fuente: https://blockchain.info
Según el ente investigador CoinDesk, las comisiones por enviar dinero a través de la criptomoneda han aumentado cerca de 19 veces: pasaron de US$0,13 promedio en el segundo trimestre de 2016 a US$2,40 en el mismo trimestre del 2017. Con este crecimiento, enviar dinero ha dejado de ser rentable si lo comparamos con la tarifa que ofrecen los bancos u otros servicios como PayPal o Western Union, entre otros.
El principal motivo por el cual estas tarifas han subido recae en el hecho de que es una moneda que depende de su oferta y demanda. Cuando la demanda es elevada, los usuarios pagan precios más altos con el fin de asegurar la rapidez de la transacción. Ahora bien, es posible pagar tarifas más bajas, no obstante eso disminuye la prioridad de la transacción y hace que tarde más en completarse.
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Teniendo en cuenta la constante fluctuación del precio del Bitcoin, sumado a los elevados precios por transferencia, el panorama en general de la criptomoneda es bastante incierto. Si bien su proyección y la tasa de aplicación son bastante promisorias, la confiabilidad y el respaldo son elementos claves a la hora de escoger un método para el envío de dinero.
Solo en el 2017 la variación en las tarifas de transacción pasó de 569 BTC en junio a 254 BTC en septiembre. En esta medida, el valor de enviar US$25 es de US$15, casi tres veces más de lo que normalmente se cobra.
En conclusión, por el momento lo más razonable resulta adherirse a sistemas robustos que generen confiabilidad dentro de los usuarios, como lo ofrecen los bancos. El bitcoin sin duda será una moneda que abrirá nuevas prácticas dentro del sistema financiero, no obstante es aún muy volátil y carece de una estructura que estandarice sus precios a la hora de realizar transferencias.
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