Lugar de nacimiento. Ocupación. Ciudad de residencia. Ingresos. Bienes. Los anteriores son algunos de los datos que necesitamos en diferentes etapas de la vida, como cuando viajamos, cambiamos de trabajo, compramos artículos o servicios o pedimos un préstamo, lo cual nos permite demostrar si nuestra identidad es verídica.
En la actualidad, la mayoría de nuestras credenciales y documentos se almacenan en billeteras, bolsos o artículos físicos. Sin embargo, desde el 2020, el uso de tecnologías se ha impulsado para ayudar a transformar la gestión de documentos de identidad en línea y de forma remota para posicionar tendencias digitales que permiten autenticar que una persona es quien dice ser. Este es el caso de la autenticación biométrica que utiliza características físicas únicas como el iris del ojo, huellas dactilares, el rostro y/o la voz.
En Latinoamérica no existe una homogeneidad de documentos y el proceso de identificación digital avanza de manera desigual en los distintos países. En algunas naciones de la región se ha implementado la cédula de identidad digital o DNId (documento nacional de identidad) que permite su uso en servicios digitales, este es el caso de Colombia, Ecuador, México, Bolivia, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
¿En quién confían las personas a la hora de utilizar servicios de identidad digital? Según el estudio de iProov, Digital Identity Services, el 49% de los consumidores globales confiaría en su banco si ofreciera un servicio de identidad digital, mientras que el 26% confiaría en Google y el 23% en su gobierno (dato que varía según el país).
Debido a que las personas dependen de su banco, cooperativa y/o negocio financiero para salvaguardar su dinero, este nivel de confianza se extiende naturalmente a los componentes de identidad digital. Lo anterior representa una oportunidad para crear un sistema de servicios que sea sencillo y seguro, como los proveedores del modelo IDaaS (identity as a service).
La tecnología de documentos de identidad digitales tiene el potencial para impulsar la transformación de los ecosistemas de pago en línea, siempre y cuando las empresas implementen soluciones que permitan a los usuarios controlar sus credenciales. A continuación, veamos los cinco pilares fundamentales que permiten construir dichos ecosistemas, según el informe de Deloitte, Picture perfect: A blueprint for digital identity.
Bien social: el sistema debe estar disponible para todos los usuarios interesados en participar, además de atender sus intereses. Las instituciones y negocios financieros pueden influir en esta inclusión y ayudar a impulsar la adopción del sistema.
Mejora de la privacidad: la información del usuario está expuesta solo a las entidades correctas en las circunstancias adecuadas. Los sistemas de identidad actuales están más expuestos a vulnerabilidades, como violación de la privacidad, fuga de datos y sobreexposición. Un sistema de identidad digital debe garantizar que solo las partes involucradas accedan a los datos que necesitan, para los fines requeridos. Debe ser ciberresistente y cumplir con los estándares de protección y almacenamiento de datos
Centrada en el usuario: es esencial dar a control a los usuarios sobre el almacenamiento y la transferencia de su información personal en el sistema de identidad. Bajo la premisa de confianza, las instituciones financieras necesitarán el consentimiento del usuario antes de acceder o compartir información de identidad; el usuario determina quién posee su información y accede a ella.
Viable y sostenible: en sistemas de identidad digital, como negocios a largo plazo, las partes interesadas deben saber que su inversión dará sus frutos. Las empresas tienen un papel clave que desempeñar en la configuración de los requisitos y normas operacionales.
Abierto y flexible: construir sistemas sobre la tecnología abierta y los estándares de datos. Diseñarlos para integrar nuevas partes y atender las necesidades cambiantes de los usuarios.
Un sistema de identidad digital desarrollado correctamente trae las siguientes ventajas.
Ofertas: las empresas pueden utilizar la información detallada y confiable del cliente para proporcionar servicios y productos personalizados a los clientes.
Operaciones: la transferencia y el manejo de credenciales digitales permiten a las instituciones agilizar y automatizar muchos procesos, eliminando errores humanos.
Seguridad: el almacenamiento seguro y digital de la información del usuario reduce el fraude, como el robo de información o la autenticación comprometida.
Compliance: el cumplimiento se vuelve más fácil y preciso gracias al manejo de atributos digitales y a un mayor acceso a la identidad de los usuarios.
Ingresos: las empresas tienen la oportunidad de aumentar los ingresos de productos y servicios mejorados. Incluso la implementación de un nuevo modelo identity-as-a-service/identidad como servicio.
Competitividad: las instituciones de soluciones financieras ofrecen una experiencia de usuario optimizada y se posicionan como una parte crítica de la economía digital.
En un ecosistema de credenciales digitales, las billeteras y aplicaciones deben ser capaces de conectarse e intercambiar de forma segura las credenciales digitales. Las organizaciones necesitan construir y/o invertir en plataformas de credenciales digitales que ofrezcan los aspectos de protección de datos e información adecuadamente.
Las plataformas de credenciales digitales deben ser interoperables y se pueden implementar rápidamente utilizando modelos de suscripción basados en la nube y API abiertas, lo que elimina la necesidad de invertir sumas exorbitantes en el punto de partida. Lo que una plataforma de documentos de identidad digital pueda hacer, y cómo puede interactuar con otras plataformas, se definirá por las necesidades respectivas del negocio financiero.
La identidad digital es un aspecto cada vez más inmerso en las actividades cotidianas que realizamos. Su desarrollo y evolución están transformando el cómo accedemos a diferentes servicios online. La gestión de datos personales, administración de gastos y pagos, junto a la identificación en aplicaciones. son claves de la identidad digital, sin olvidar los métodos de autenticación como la biométrica; dichos puntos nos están impulsando a vivir en un mundo 100% digital a futuro.
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