La disrupción financiera apenas está comenzando
Disrupción financiera es ese término que se discute por estos días y que los gerentes de canales bancarios y otros cargos afines están explorando para innovar en la industria. Pero en realidad aún no se identifica realmente cómo será este cambio.
Amazon, Google, Facebook o Apple ya están marcando el camino, pero es la punta del iceberg. El fondo del asunto está en la gestión eficiente de la información del cliente; es decir, la data que han acumulado es su principal ventaja competitiva.
Mientras que los bancos, normalmente, solo tienen nombre, número telefónico, número de cédula, dirección e información de ingresos; pero en realidad no tienen información sobre gustos y contactos que a la final definen la manera en la que una persona invierte o gasta su dinero.
Por esta información, cualquiera de las grandes empresas del mundo de la red haría mucho mejor trabajo a la hora de calcular riesgos, inspirar confianza, proporcionar conveniencia, facilidad de uso o relación con el cliente que prácticamente cualquiera de los líderes actuales de la industria.
Esto solo significa retos y oportunidades para la industria financiera, porque aún nadie ha ganado la carrera y aún falta camino por recorrer. El objetivo de esa data es masificar los productos financieros. No necesariamente bancarizando a todos, sino usando los pagos a través de teléfono móvil que es la clave en la disrupción financiera.
Las capacidades de los teléfonos inteligentes (smarphones) están provocando nuevas pautas culturales de los usuarios provocando cambios de entidad, así como el desarrollo de algunos protocolos como el NFC (Near Fear Comunication) hechos a medida del potencial de pago con el móvil.
Una de las discusiones más recurrentes es si los emprendimientos financieros son un peligro para los bancos. Los expertos financieros creen que estos startups son un componente clave para la innovación e impulsar la disrupción financiera; lo importante es trabajar en equipo para mejorar en beneficio del cliente.
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