Invertir en innovación mejora los productos financieros y la experiencia de los usuarios. Sin embargo, antes de emprender cualquier proceso de transformación, es fundamental tener en cuenta los cuatro pilares de la innovación financiera: contexto, cultura, capacidad y colaboración.
En un mundo en constante cambio, innovar ya no es una opción sino una necesidad. La buena noticia es que cada vez más CIOs de instituciones financieras entienden la importancia de innovar.
De hecho, según los resultados de PULSO, el 1er estudio latinoamericano de tecnología bancaria y financiera, realizado por COBIS, la inversión promedio en innovación digital en 2018 alcanzó el 20% del presupuesto total de las entidades financieras en América Latina; lo que representa un incremento del 4% en comparación con el 2017.
Sin embargo, lograr el éxito en la transformación digital va más allá de invertir por invertir. Estos son cuatro pilares que las instituciones deben tener en cuenta para innovar:
“Ningún proceso de innovación comienza con todas las respuestas, y es casi imposible crear nuevas opciones estratégicas que se extiendan más allá de un experimento sin contexto”, señala Scott Bales, Managing Director de Innovation Labs Asia.
Pero, ¿qué es exactamente el contexto?
Se trata de la estructura de la organización, tanto a nivel administrativo como financiero, su identidad, valores, y sus objetivos de rendimiento. Cuando la innovación se integra a estos aspectos de una organización, se establecen las bases para el éxito.
El segundo pilar de la innovación financiera es la creación de una cultura organizacional que fomente la innovación. Para esto, es fundamental que la empresa sea tolerante al riesgo. Esto permite a los empleados experimentar, descubrir nuevos problemas y aprender de los fracasos.
Una parte esencial de esta transición requiere la conformación de equipos transversales, que reúnan el talento analítico y el creativo. Según Faisal Hoque de Fast Company, así se evita que una empresa esté atrapada dentro de su zona de confort. “Una cultura del aprendizaje permite que los empleados se mantengan abiertos a nuevas perspectivas todos los días”.
Una vez que el pilar de la cultura innovadora comience a florecer, las ideas comenzarán a lanzarse sobre la mesa. Aquí es donde necesita métodos estructurados para identificar y evaluar aquellos en los que desea invertir.
Con la implementación de modelos de design thinking y lean startup, los empleados pueden convertirse en intrapreneurs, es decir, en catalizadores de empresas internas que, según Bales, “podrían convertirse en opciones estratégicas” que fortalezcan los procesos de transformación digital. En este sentido, es fundamental que los bancos le apuesten a la creación de laboratorios de innovación que preparen a las instituciones financieras para el éxito en la era digital.
Además de la creación de una cultura de innovación al interior de la compañía, las organizaciones deben colaborar con otras empresas que sirvan como catalizadores de la innovación. En el sector financiero, esto significa colaborar e incluso adquirir Fintechs para crear soluciones más robustas.
En este sentido, la firma EY en su informe ‘Unleashing the potential of Fintech in banking’ de 2017, resalta la importancia de la colaboración entre la banca y las Fintech para fortalecer la cadena de valor y optimizar los procesos. “A medida que los bancos buscan incrementar sus ganancias, deben construir mejores ecosistemas Estos serán fundados en colaboración con las Fintech y otros proveedores de servicios. Esto ayuda a reducir los costos estructurales y mejorar el servicio a los clientes”.
La innovación es necesaria para el progreso del sistema financiero, y este progreso es un ingrediente esencial para el crecimiento económico. El desafío para la banca es la construcción de una cultura de innovación que promueva la generación de ideas y la colaboración con actores externos. Solo así, las instituciones financieras podrán adaptarse a los cambios y pasar de modelos tradicionales a procesos más ágiles y flexibles.