¿Cómo afrontar la disrupción digital bancaria?
Cada vez son más numerosas las noticias sobre cómo nuevos actores tecnológicos irrumpen en la industria bancaria cambiando las dinámicas del sector, por lo que es urgente adaptarse para seguir en el mercado. Lo anterior podría parecer complicado al comienzo, pero tomar las decisiones adecuadas y elegir los socios tecnológicos correctos permiten que su organización no solo se adapte a los cambios constantes en el mercado, sino que pueda empezar a liderar esos cambios.
Los servicios financieros prestados a través de medios digitales están generando una verdadera revolución disruptiva. Un informe de marzo de 2021 de la consultora crediticia mundial Fitch Ratings señaló que “En Latinoamérica, los sistemas de pago más rápidos y baratos han aumentado la competencia para los bancos tradicionales y podrían ser potencialmente disruptivos, presionando la rentabilidad a medida que las comisiones cobradas por los pagos y las transferencias de dinero caen con el mayor acceso a alternativas más baratas”.
Nuevos actores en el ecosistema bancario
Fitch Ratings señala que fenómenos como infraestructuras de pago digitales más económicas y patrocinadas por los bancos centrales de Argentina (Transferencias 3.0; diciembre de 2020), Brasil (PIX; noviembre de 2020) y México (Cobro Digital, CoDi, septiembre de 2019); que tienen el potencial de perturbar y aumentar la presión competitiva sobre los bancos establecidos, en particular cuando el acceso a las cuentas bancarias ya está generalizado y los sistemas se abren a los actores no bancarios, incluidas las Fintech.
La cooperación es la clave
La competencia con estos nuevos actores es inevitable y lo más inteligente es buscar y aprovechar las ventajas que trae su participación el mercado, como lo es la innovación tecnológica que mejora la experiencia de los usuarios bancarios.
Varios bancos han adoptado ya esta política de cooperación, como es el caso del Banco Santander de España que en el 2020 realizó una inversión de $400 millones de euros para lograr el 50,1% de Ebury, la Fintech especializada en soluciones de pagos y divisas para Pymes, con el objetivo de apoyar su expansión internacional y la del banco en Latinoamérica y Asia.
Otro ejemplo más cercano es el del Banco Davivienda de Colombia y la aplicación Rappi que crearon la “súper App” RappiPay, que surgió, en 2019, como una billetera digital que permitía realizar operaciones financieras desde el celular, y ahora cuenta con la posibilidad de solicitar tarjetas débito o crédito, 730.000 clientes y registró más de 20 millones de transacciones en el 2020.
Definitivamente, la relación entre banca tradicional y startups tecnológicas ha cambiado porque la disrupción digital es inminente y la mejor forma de afrontarla es plantear una cooperación en la que las Fintech son apoyadas por la banca que se beneficia de la innovación para sus productos y servicios.
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